La pandemia, el cambio climático y la guerra entre Rusia y Ucrania han ocasionado graves consecuencias en sistema energético europeo, que se encuentra atravesando una crisis sin precedentes. Es por ello por lo que en este momento se está ideando, a nivel local y regional, una de las respuestas al desafío energético mundial a través de las comunidades de energía limpia.
La idea consiste en la creación de un sistema de energías renovables bajo nuevas estructuras de propiedad comunitaria que pretende desarrollar una energía barata, limpia y segura que acerque la generación de energía a las personas que la van a utilizar. Estas comunidades de energía renovables están compuestas por grupos de personas que ponen en común sus recursos para producir, almacenar o distribuir energía de forma conjunta. La mayoría de ellas adoptan la forma jurídica de una cooperativa, aunque también pueden adoptar la forma de asociaciones o fundaciones.
El objetivo es la evolución de un sistema energético basado en grandes centrales eléctricas centralizadas a un modelo de producción de energía dirigido por los ciudadanos y basado en fuentes de energías renovables.
Además, para que las comunidades energéticas tengan éxito, el compromiso cívico es fundamental. Por esto, algunas de ellas han desarrollado enfoques específicos para incluir a los grupos marginados y a las personas que viven en la pobreza energética. Asimismo, el proyecto W4RES de la Unión Europea incluye en este ámbito la perspectiva de género para que las mujeres, como agentes de cambio, puedan marcar la diferencia en la transición energética.
A pesar de ser una respuesta nueva, las comunidades de energía renovable poseen un enorme potencial, y se espera que su desarrollo tenga un gran impacto en la transición energética y en la vida cotidiana de los ciudadanos europeos.